Durante el verano la actualidad futbolística carece de interés. Salvo que se disputen grandes competiciones, como una Eurocopa o un Mundial, desde que se pita el final del último partido oficial de la temporada hasta que da comienzo el primero de la siguiente no hay un sola noticia que merezca la pena. A este periodo se le denomina "Mercado de fichajes" , un engaño con fines: seguir vendiendo periódicos deportivos (¿qué haríamos sin ellos en la playa?), que los aficionados recarguen las pilas de la ilusiones, y que no nos acostumbremos a vivir sin fútbol, no vayamos a descubrir que existen otras cosas en las que gastar nuestro tiempo... En este ecosistema veraniego siempre aparece un tipo de futbolista que yo desprecio: el rebelde. Se trata de esos jugadores que, para forzar su salida del club en el que milita y poder fichar por otro (que normalmente le ofrece más dinero), no cumplen con sus obligaciones . Son capaces de no incorporarse a la disciplina de su equipo en l...